VICARIATO APOSTOLICO DEL CHACO
Misión Fluvial - 4 de enero
CRÓNICA de Mons. Edmundo Valenzuela
Nunca faltan los problemitas, para más, cuando se trata de servir a la evangelización. Eso mismo califica que el trabajo pasa por el misterio de la cruz y de la desolación, que se abre luego a la resurrección y a la esperanza.
Los jóvenes y algunas parejas de Familias Misioneras, que habían quedado en Pedro Juan Caballero por fallas mecánicas del automóvil, llegaron a Puerto Murtinho hacia las 21.30. Ahí estaba la deslizadora para transportarlos hasta la embarcación Tupasy III anclada en el Rancho Kunu’ũ renda, de la familia Vidal y Kika Benítez. Apenas subieron todos, zarpamos de Isla Margarita rumbo a Puerto Guaraní y Fuerte Olimpo.
El viaje naval fue muy agradable, un viento fresco del atardecer nos envolvió con un toque de suavidad y tranquilidad. Cuando se sirvió la cena hacia las 22 horas estábamos todos en el comedor del barco, entonamos como siempre las oraciones y los cantos de bendición de la mesa y disfrutamos de un sabroso guiso con poroto y carne.
Salimos al aire fresco, algunos se pusieron a rezar el rosario y casi todos se dirigieron a sus camarotes o en las planchadas del barco para extender su colchón y descansar. Rápidamente se hizo un silencio profundo. Nos quedamos en la quietud de la noche, en medio del ruido de los motores de la embarcación, sumergidos en profundo sueño.
A temprana hora, hacia las 05.30 atraca el barco en Puerto Guaraní. Era todavía bastante oscuro. Bajan el Padre Martín Ortiz, la Hermana Graciela Fernández y su grupo de jóvenes y parejas de Familias Misioneras. Yo bajo con ellos para dar una ojeada veloz a los trabajos que sor Martina González emprendiera, mediante la ayuda de un brasileño, para arreglar la Iglesia y la casa parroquial. Vi que habían hermoseado todo con pinturas nuevas de granate oscuro con resaltos de rojo escarlata. Quedó lindo, me dije en mis adentros. Bendije al grupo encomendándoles a la protección del Señor y a la de la Virgen Auxiliadora. Les saludé y me despedí de ellos que se quedaron para llevar sus cosas desde el puerto a la casa parroquial.
El barco Tupasy III emprendió nuevamente su viaje hacia Fuerte Olimpo, donde llegamos hacia las 9.30 horas, con cierta dificultad por la bajante del río haciendo que el barco pudiese varar repetidas veces. Pero, la tripulación está más que preparada para afrontar situaciones semejantes y en pocos minutos poner nuevamente el barco en el canal del río.
El barco atraca en Fuerte Olimpo. Nos dirigimos al Centro Juvenil. Allí nos dispusimos en grupos para hacer la visita casa por casa en el populoso barrio de San Miguel, llevando a las familias el Kerigma aprendido el día de ayer. Bajo un sol caluroso y el tiempo húmedo experimentamos qué significa ser “chaqueño” no quejándonos del calor, porque se dice que el chaqueño sólo se queja del frío. A las 11.30 nos dirigimos todos hacia el barco para el almuerzo. Después de la comida descansamos hasta las 15 horas, para luego retomar la visita casa por casa en el mismo barrio de San Miguel.
Mientras tanto, el equipo que quedó en Fuerte Olimpo se reunió para programar las actividades y el horario de estos días de misión. El grupo de familias misioneras, con el Padre Pepe Valpuesta, SJ, visitará a las 27 familias que ya hicieron parte de la experiencia de iniciación a “Familias Misioneras”. Se trata de visitarlas y de invitarlas para el Retiro Espiritual que se realizará el próximo sábado y domingo en el Centro Juvenil.
Mientras tanto, el grupo de los jóvenes, con la animación de sor María Cristina Paredes, programó algo semejante. Visitar a las familias, dirigiéndose particularmente a los jóvenes, anunciándoles el kerigma e invitándoles para la jornada juvenil del próximo sábado por la mañana y del domingo por la mañana.
Ya hacia las 18 horas, nos reunimos todos en la Catedral, donde tuvimos la Santa Misa y escuchamos el evangelio de San Juan que nos invitaba a ser discípulos misioneros de Jesucristo. Hubo muy buena participación de algunas familias misioneras olimpeñas junto con los de la Misión Fluvial. Después de la Misa, se despidieron los que emprendían viaje hacia Puerto María Elena, Puerto Esperanza, 14 de Mayo, Puerto Diana y llegar hasta Bahía Negra.
El día fue intenso y muy bien aprovechado. Agradecemos a Dios y a la Virgen Santísima que la Misión Fluvial está en marcha y rogamos para que siembre la Palabra de Dios, suscite la fe en Jesucristo, y se comprometa en construir la comunidad cristiana al servicio de la vida plena de los hermanos y hermanas del Chaco.