MISION FLUVIAL – 5 DE ENERO
Crónista: Mons Edmundo Valenzuela sdb
En Fuerte Olimpo el día amaneció con algunas señales de la aurora que indican posibles chaparrones aislados en la zona.
Estamos en vísperas de los Reyes Magos. Ya algunos misioneros están pensando qué regalo harán a sus compañeros… Se puede regalar un abrazo, una sonrisa, una buena noticia, y también algún objeto como una flor, una muñeca, un camioncito, una agenda, un caramelo… Todo es lindo basta que nos recuerde el gran regalo de Dios que es su Hijo.
El Padre Pepe Valpuesta fue invitado por Mons. Edmundo Valenzuela a visitar la escuela Mons. Alejo Obelar, de Ñu Apu’a. Con el chofer Juan Carlos Giménez y el misionero Heriberto Torres partimos de Fuerte Olimpo después del desayuno rumbo al oeste. Hicimos 86 kilómetros hasta la meta. Otros tantos para la vuelta a Olimpo. Mientras el señor Heriberto disfrutaba del paseo inesperado, su esposa, Sra. Reina, junto con su hija Marta, se quedó en la cocina para preparar el almuerzo del grupo de misioneros y misioneras.
La ruta se presentó impecable, se pudo comprobar el trabajo del Ministerio de Obras Públicas que cumplió con su objetivo: la ruta que une Olimpo con Toro Pampa está excelente. En aquellos lugares más bajos, han cargado y levantado bastante, con amplias cunetas que posibilitan el rápido escurrimiento del agua de lluvia.
En la Escuela pudimos admirar el silencio reinante, porque sus alumnos están de vacaciones. Solo hemos encontrado al Director General, Prof. Enrique Arias y su esposa Efigenia. Estos nos prepararon un sabroso almuerzo. Visitamos la obra que es una profecía de futuro, donde se forman los chaqueños con la educación cristiana y profesional.
A la vuelta hemos experimentado algunos deslices del vehículo por los chaparrones aislados que habían caído después del mediodía en algunos lugares de la ruta que une Toro Pampa a Olimpo. Logramos superar la dificultad del camino escurridizo bastante bien, y llegamos felices y contentos a Fuerte Olimpo, hacia las 17 horas. Hacia las 19 horas tuvimos la celebración de la Santa Misa en la catedral. Era día jueves, y a esa hora había llegado al puerto de Olimpo el famoso Aquidabán. Hacia ese puerto se suele volcar la población en busca de víveres y mercancías provenientes de Concepción.
La mañana del día 5, después de la lectio divina y del desayuno se realizó la visita a las casas de las familias olimpeñas. Las parejas visitaron las parejas misioneras que ya hicieron alguna vez el Retiro. Los jóvenes visitaron las familias con la finalidad de invitar expresamente a otros jóvenes para el retiro espiritual programado para el sábado.
La pareja de Calixto y Amelia, visitó durante la mañana, ocho familias misioneras. Fueron bien recibidos. Algunos de los visitados se lamentaron por la falta continuidad, acompañamiento, con todo prometieron participar. Por el aguacero de la tarde no pudieron continuar la visita.
Diosnel y María Clara visitaron cinco familias. A una que no era de familias misioneras les dejó el Kerigma con gran aceptación. La pareja Félix y Carmen, visitó a cuatro familias. Les dejó también el Kerigma. A la pareja visitadora les causó impresión lo que dijo un señor, que participar de estos encuentros es una pérdida de tiempo.
También la pareja se enteró de que algunos de las familias misioneras suelen venir a los encuentros programados en Olimpo. Inclusive algunos han misionado en Toro Pampa, llevando a otras familias la buena noticia, con decisión y en comunidad.
Por su parte, la pareja Marta y Cristino se había propuesto visitar cuatro familias, de las cuales por la mañana encontraron a tres y por la tarde la última. Les invitaron a la Misa del jueves (por hoy) y sólo uno de ellos vino.
El objetivo de visitar las familias misioneras que de un modo u otro hicieron ya su retiro espiritual se cumplió casi por completo. A pesar de que una misionera no podía caminar por el dolor de la pierna, y otro con dificultades de la rodilla y de la pantorrilla, lo mismo, subieron el cerro o recorrieron las calles olimpeñas, con muchas ganas, al visitar las familias. Manifiestan entusiasmo y alegría por reanudar los lindos encuentros que caracterizan esos encuentros de familias.
Cabe destacar que algunas familias misioneras, como Miguela, Carmen, Inocencia y Sara han acompañado a los misioneros venidos de afuera. Este acompañamiento fue muy valioso porque les sirvieron de guía para llegar con más seguridad y confianza a las casas de los miembros de familias misioneras olimpeñas.
En la evaluación que se hizo por la noche, después de la cena, se comentó el caso de un señor lloró amargamente al escuchar el anuncio del Kerigma, sobre todo el anuncio de que Dios le ama. Por su parte, este hecho produjo a la misionera una gran alegría por sentirse llena del Espíritu Santo.
Al respecto de la visita que realizó el grupo de los jóvenes, que caminaron de a tres, también ellos aprovecharon la mañana del jueves 5 de enero para misionar. Salieron a visitar a las familias donde están los jóvenes. Les acompañó dos jóvenes olimpeñas que les sirvieron de guía, Jesit Franco y Vanesa. Manuel, Rodolfo e Ibelio cuentan que visitaron veinticinco casas de San Miguel, invitando a la jornada del sábado y el domingo, para la misa y el encuentro siguiente. Fue original que también se pusieron a invitar a quienes pasaban con moto o a pie frente al Centro Juvenil.
Los jóvenes Domingo y Wilson visitaron 28 casas parte San Miguel y parte en el barrio Don Bosco, desde las 8 hasta las 11.30. Se sintieron muy felices al recorrer las casas. Les llamó la atención que algunos de los jóvenes a esa hora estaban aún durmiendo.
Los jóvenes misioneros Guillermo y Wilberto visitaron más de 26 casas, casa por casa, llegando solos sin guía. En algunos lugares leyeron la Biblia y explicaron el tríptico de la Misión Continental. En un negocio quisieron comprar la gaseosa, pero el dueño, les dio en regalo, en señal de agradecimiento. Lamentablemente comentaron que en una casa no se sintieron bien, porque la señora no les recibió, ni les quiso escuchar.
Benigno, con las dos guías olimpeñas, Jesit y Vanesa, visitaron muchos jóvenes, quienes agradecieron la visita recibida, se mostraron interesados por el objetivo propuesto por parte de los jóvenes misioneros. Además, algunos padres de familia les felicitaron por la iniciativa misionera juvenil, comentando que la mayoría de los jóvenes se pierden por la bebida.
Los jóvenes misioneros al no tener suficientes guías, se vieron obligados a recorrer muchas casas.
Como conclusión se puede decir que el día muy productivo con las visitas casa por casa y a las familias misioneras. Se espera de los visitados una buena participación. Es cierto que algunos jóvenes han dado su palabra pero, no todos la cumplen. La evaluación concluyó subrayando que todos han trabajado intensamente y con gran sacrificio y con mucho calor, pero llevados con intensa alegría y llenos de la fe en el Señor Jesucristo. Qué valor tienen estos jóvenes misioneros. Son admirables. Pocos son como ellos.
Finalmente, antes de ir a descansar, hicimos una breve pero intensa oración invocando la protección maternal de María y deseándonos una feliz noche.